Síndrome de amor...
Todos los que han vivido lo describen de diferentes maneras pero todos llegan a la misma conclusión “ No hay momento más duro ni más confuso que cuando compruebas que el bebé con el que tanto has soñado tiene una condición especial de vida”
Para muchos la primera preocupación es lidiar y enfrentar rápidamente los retos médicos. Comienza la presión y el nerviosismo de someter a nuestro pequeño bebé a un sinnúmero de pruebas, evaluaciones, buscar recursos, sentirnos abatidos, deprimidos y tan ocupados que a veces olvidamos que lo más importante es regocijarnos en él y hacer a un lado la lógica disfrutando de su calor.
Pero eso no significa que no exista el amor, ni que tu hijo no se parecerá a ti; tu hijo se parecerá a lo más hermoso y a lo más sagrado que ha concebido el amor, y así como los días se deshojan como una mañana de otoño; el amor seguirá creciendo, sobreponiéndose a los temores iniciales y haciéndote sentirte el padre más bendecido y más orgulloso.
Y el día más feliz de tu vida será el día aquel que mires a tu bebé y veas el fruto que unido genera el amor. En otras ocasiones descubrirás que aunque totalmente extraños unos con otros, los niños con síndrome de down tienen una similitud física y espiritual que te acercará a sentirte parte de la vida de muchos otros que podrán estar geográficamente lejos; pero tal vez sean los más cercanos a tu corazón!
Redactado por una Madre que enfrenta esta situación.
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